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Ya estamos inmersos en la rutina habitual, con nuestras explicaciones, nuestros deberes y todo lo demás. Ayer estuve charlando con ellos un rato explicándoles que las próximas seis o siete semanas serán intensas, así que deben estar concentrados y dispuestos a este último esfuerzo. Una vez llegue junio y todo lo que conlleva (celebraciones, viajes, clases más cortas, aún más calor) no quedará mucho más que podamos hacer, así que hasta ese momento, a apretar los dientes.

Sin embargo, lo importante de la mañana de hoy ha sido el emocionado adiós a nuestra querida Conchi, quien se jubila después de muchísimos años siendo parte esencial del funcionamiento del colegio. Se nos va a hacer extremadamente raro llegar mañana y no verla ahí, pero es lo que hay. A todos los que usáis aula matinal o comedor, os pido comprensión con su sustituto. Es imposible que atesore el mismo control de todo y todos los que entrábamos y salíamos del colegio que Conchi tenía, pero es que como dice el dicho: más sabe el diablo por viejo que por diablo. Hay que darle tiempo.

Un saludo.