Hoy podemos afirmar que ya hemos empezado a trabajar en condiciones más o menos normales. Al menos en lo que respecta al horario de clase; hemos tenido nuestras clases de Lengua, de Matemáticas, de Inglés… Septiembre, no obstante, plantea sus propios retos, así que a todo no hemos llegado.
La mañana empezó con Lengua, clase que pudimos celebrar razonablemente bien. Ha ayudado que la temperatura a las 9 de la mañana fuera soportable, que a partir del recreo la cosa se ha puesto seria. Después de Lengua (pequeño debate para introducir el tema seguido de un ejercicio de comprensión oral) nos hemos ido a por las Matemáticas. Estábamos en plena faena (recordando cómo se leen los números, nada más y nada menos) cuando la campana nos ha pedido pasar a Inglés y allá que hemos ido. He resuelto las dudas de algunos de vuestros hijos sobre cuál de los dos libros hay que traer a clase (los dos) y hemos hecho un ejercicio de comprensión oral del Class Book. Inmediatamente después les he pedido completar un ejercicio del Activity Book y habría intentado ir un poco más allá y corregirlo, pero había que darles tiempo suficiente para almorzar; mañana será otro día. De ahí al recreo y a desde ese momento lo que nos ha tocado es padecer el exceso de calor, la verdad.
Don Víctor se ha presentado como especialista de Educación Física (hoy no han bajado al patio para disgusto de muchos, me temo) y a quinta hora se han topado nuevamente conmigo pese a que esperaban al “nativo”. Las clases de conversación empezarán en octubre, así que hasta que llegue ese momento, los lunes tendrán otra ración de mí.
Como en Matemáticas nos había sorprendido la campana, he aprovechado para retomar esa clase y explicarles cómo anotaremos los deberes (porque sí, hoy llevan sus primeros deberes del curso). Todos aquellos a los que ya les he dado la agenda han debido apuntar dos ejercicios de Matemáticas de la página 11 (perdón si me baila la cifra, hablo de memoria). Si aún no tienen la agenda, han tenido que apuntar lo mismo en la libreta de Matemáticas. Sea como fuere, les he intentado dar instrucciones claras sobre cómo me gustaría que copiaran y resolvieran los ejercicios en la libreta. Me ha parecido que esto era más importante que hacer una primera sesión de introducción en Science, así que he dedicado todo el tiempo restante a revisar cómo lo iban haciendo para dar instrucciones adicionales a quienes las fueran necesitando.
Inciso al respecto: yo siempre pido que los enunciados se copien íntegramente. Precisamente suelo mandar pocos ejercicios porque al tener que copiarlo “todo”, tardan algo más de tiempo. Para que el ejercicio esté bien traspasado a la libreta, se tiene que poder corregir con el libro cerrado. Toda la información tiene que estar, por tanto, escrita en el cuaderno. Cada maestrillo tiene su librillo, y tal… pues esto forma parte del mío.
Y campana y se acabó.
Algunos han acabado en clase y otros no. Tal y como os comenté en la reunión inicial del curso, a los que habían terminado les he dicho que podían dejar la libreta en su casillero (y limitamos el peso que transportamos diariamente en la mochila). Los que no han acabado a tiempo, pues evidentemente se la han llevado a cuestas. Llevan solo dos ejercicios de Matemáticas (porque teóricamente todos han acabado el de Inglés antes de almorzar), así que estoy convencido de que en casa (sin tanta distracción), podrán quitárselos de encima en menos que canta un gallo.
Mañana corregiremos esos ejercicios y seguiremos trabajando, lidiando con el horario reducido pero intentando cumplirlo de la manera más escrupulosa posible.
Un saludo.